lunes, 18 de mayo de 2015

No al “popoférico” en Atitlán

Por Abraham Barrios

El columnista, Andrés Zepeda publicó en la revista Nómada un artículo sobre el “popoférico”, un megaproyecto que pretende mejorar la calidad de agua del Lago de Atitlán secuestrando el agua “sucia” de los tributarios del lago y transvasándola fuera de la cuenca. Como especialista en el tema considero que el impacto ambiental de la obra podría ser desastrosamente grande, por ello me siento obligado a comentar sobre la propuesta. Debido a que los elementos técnicos del proyecto son numerosos me limitaré a abordar únicamente los que estimo más importantes.

No pongo en duda que la tubería pueda funcionar de acuerdo al concepto, menos dudaré de las credenciales de los ingenieros a cargo del diseño. Pero no es la construcción de una relativamente inocua tubería lo que me preocupa. Hay problemas de fondo mucho más grandes. Para empezar, por ser Guatemala un país donde la cultura ambiental es muy pobre, no existe ni el andamiaje legal ni la infraestructura técnica para llevar a cabo estudios ambientales idóneos que definan la línea base de las condiciones ambientales actuales. La línea base es el punto de partida y retorno de todo estudio de impacto ambiental, define los criterios técnicos que el proyecto debe satisfacer, como parámetros de calidad y cantidad de agua, temperatura, hidrogeología, hidráulica, ecosistemas terrestres y acuáticos, etc. Estos criterios permiten cuantificar las medidas de mitigación requeridas para dejar el ambiente igual o mejor de lo que estaba antes de implementarse el proyecto.

Las condiciones para estudios ambientales confiables se establecerían con una ley de aguas y/o una ley de protección ambiental que los exija y regule. Pero no tenemos ni leyes ni los recursos físicos, humanos y económicos necesarios para la investigación de ese tipo. El personal técnico capacitado en prácticas ambientales modernas es raro y contado tanto dentro del Estado como en el sector privado. Aunque hubiera suficiente gente capacitada poco se podría lograr sin el respaldo de leyes y regulaciones. En la práctica, los conceptos de estudio de impacto ambiental son típicamente vagos y suelen manejarse sin rigor de ningún tipo. Prácticamente cualquiera puede preparar uno.

El problema principal que veo con el “popoférico” es el balance hídrico. Partamos de que el agua que entra al lago es finita. De acuerdo a las leyes del balance de materia la cantidad que entra al lago por medio de los ríos tributarios tiene que salir de alguna manera. El equilibrio entre entradas y salidas resulta en un nivel más o menos constante, un proceso análogo al de una pila que se llena, se vacía parcialmente y se vuelve a llenar.

Atitlán es endorreico, que quiere decir que no tiene un efluente visible (muchos lagos tienen ríos de efluentes). Pero eso no quiere decir que el agua que entra simplemente desaparezca. Sabemos que una buena parte se evapora, y es posible que otra se evacue en forma de aguas subterráneas. Esto último no lo sabemos con certeza porque para eso se requieren complejos estudios hidrogeológicos de muchos años, con personal altamente especializado. ¿Existen esos estudios?

Aparte de ser un tabú técnico conceptual, el problema con transvasar el caudal de los tributarios es el balance hídrico: el agua ya no entraría al lago pero sí estaría saliendo vía evaporación y aguas subterráneas. ¿Bastaría con el agua de lluvia sobre el lago mismo para mantener el nivel normal o veríamos una disminución gradual del nivel y el consiguiente aumento en la eutrofización? ¿Qué podría hacerse si el problema se manifiesta en el futuro cuando los “beneficiarios” del agua lago abajo hubieran adquirido “derechos” que no se les podría quitar sin litigios onerosos para el estado?

Otras preguntas que valdría la pena hacer: ¿qué impacto tiene el caudal de los tributarios en la regulación de la temperatura del agua del lago?, ¿cómo reaccionarían los ecosistemas acuáticos a cambios físicos y químicos relacionados a la ausencia del caudal de los tributarios?, ¿cuál sería el verdadero propósito del caudal secuestrado lago abajo?, ¿cuál sería el impacto en el ecosistema receptor de las aguas transvasadas?, ¿quiénes se estarían beneficiando de los proyectos lago abajo?

Las dudas enumeradas hasta aquí son nada más una muestra de la complejidad típica de un proyecto de esa envergadura. En las circunstancias actuales el popoférico enciende demasiadas alarmas y siembra demasiadas dudas, no tiene sentido siquiera considerarlo cuando no se tiene ni el marco legal ni los recursos físicos y humanos para ejecutarlo responsablemente.


Esta columna pretende ser una crítica constructiva. El peligro de la eutrofización del lago es real y urge hacer algo inmediatamente, pero si se quiere resolver el problema permanente y responsablemente lo que procede es la gestión a todo vapor de una ley de aguas y leyes de protección ambiental basadas en los más recientes descubrimientos científicos y tecnología de punta. Siendo realistas, la elaboración de estas leyes y la capacitación de personal tomaría lustros, sino décadas. Mientras tanto, se debe continuar con lo bueno que se ha hecho a la fecha, como la campaña de limpieza de la cuenca y la recolección de sólidos. Se debe además exigir al Estado alcantarillado para las áreas donde no existe y la operación correcta de las plantas de tratamiento, seguir educando a la comunidad sobre la importancia de reducir el uso de agroquímicos y promover la reforestación.



martes, 4 de noviembre de 2014

Negoción Pérez: El Megacolector de Aguas Residuales para el Lago de Atitlán.

Por: Ing. Marvin Alfonso Romero

¿Qué opina usted del megaproyecto del colector de aguas residuales que se pretende construir en toda la orilla del lago de Atitlán para recolectar las aguas sucias que producen los pueblos y exportarlas a fuera de la cuenca? ¿Será que no es otro de esos elefantes blancos de los que abundan en Guatemala? Me preguntó don Felipe, presidente de la asociación de pescadores Xocomil, a quien grupos de interés lo han abordado recientemente para conseguir el apoyo a este proyecto. Así como a don Felipe le asalta la duda respecto al famoso colector, sin duda a muchos otros sololatecos también. Y aunque no soy ninguna autoridad en el tema, como ciudadano quiero darle una respuesta a la pregunta que se me formula, fundamentada en datos científicos, posiblemente no en los datos que los científicos y los ingenieros de renombre mundial, que proponen el colector, hayan generado; pero sí en los datos de calidad y alta confiabilidad que científicos nacionales con apellidos locales, que tal vez no tienen grandes reconocimientos pero que si tienen una ética sólida y que conocen el lago, su cuenca y su gente, han generado mediante la investigación científica de muchos años en la zona.
El proyecto del colector de aguas residuales se está vendiendo como la panacea al problema de contaminación que afecta permanentemente al lago de Atitlán, se está haciendo ver que la contaminación del lago y su respectiva degradación se deben única y exclusivamente a las aguas residuales que se producen en la cuenca y que se descargan directamente al lago. Y por eso es que el argumento principal que justifica el proyecto, es que para recuperar el lago de Atitlán se debe de eliminar en su totalidad el ingreso de aguas residuales al mismo y por ende el ingreso de nutrientes, especialmente fósforo, y materia orgánica. Además se enfatiza en el hecho de que será un proyecto autosostenible que generará suficiente energía eléctrica y los suficientes ingresos para su operación y mantenimiento; y que además el sistema se ha probado con éxito en lagos de Estados Unidos, Suiza e Italia en donde se pueden ver los resultados. Como en todo negocio un buen vendedor tratará de convencer al cliente de que el producto que le ofrece, es puras bondades y que resolverá todos sus problemas y que obtendrá la mayor satisfacción. ¿Pero será que las cosas son realmente así como las pintan?, bueno, para comenzar es importante hacer ver que la contaminación que afecta al lago de Atitlán, especialmente con nutrientes (fósforo) y materia orgánica, no depende única y exclusivamente de un solo factor como las aguas residuales, sino también de otros factores que tienen que ver directamente con el uso del suelo como la agricultura (malas prácticas agrícolas, falta de conservación de suelos, riego poco tecnificado, drenaje agrícola, mal uso de agroquímicos), la deforestación, los incendios forestales, el crecimiento urbano desordenado, el dragado de ríos, el nulo control de torrentes, que incrementan los problemas de erosión hídrica que causa el arrastre de grandes cantidades de sedimentos (nutrientes y materia orgánica), principalmente a través de los ríos Quiscap y San Francisco, hacia el lago todos los años, y que incrementan también los problemas de infiltración y percolación de nutrientes hacia las aguas subterráneas que después llegan al lago. En términos de aportes de fósforo al lago de Atitlán (nutrientes), actualmente, las aguas residuales aportan una carga contaminante de 6.86 Toneladas/año (20.88%), mientras que los ríos que desembocan en el lago (Quiscap y San Francisco) aportan 26 Toneladas/año (79.12%), haciendo un total de 32.86 Toneladas de fósforo/año. Con base en estos datos usted puede darse cuenta que con un colector de aguas residuales altamente eficiente que logre captar y exportar todo el aporte de nutrientes de las aguas residuales sólo estaría solucionando el 20% del problema, dejando todavía en la cuenca un 80% de la contaminación del lago por fósforo, lo cual representa un grave riesgo de degradación ambiental de este importante cuerpo de agua, y más, considerando que los problemas de uso del suelo en la cuenca del lago de Atitlán más que reducirse se están agravando a un ritmo acelerado.  ¿Cree usted entonces que es justo y ético venderle a los sololatecos la idea que el colector de aguas residuales es la mejor y la única solución a la problemática de contaminación del lago por nutrientes? Saque usted sus propias conclusiones.
Personalmente el proyecto del colector como obra de ingeniería me parece interesante, más por la parte de la ingeniería hidráulica y sanitaria que implica y por lo de generar energía eléctrica; sin embargo tengo algunas dudas sobre las verdaderas bondades de este proyecto para el lago de Atitlán y su gente, y más dudas, tal vez las más fuertes, vinculadas a la sostenibilidad del mismo; el proyecto se vende como autosostenible, pero yo no estoy nada convencido aún, ya que el proyecto no cuenta con diseños de ingeniería social y económica que despejen las dudas y que den garantías, porque de no tenerlas seguro que este proyecto será otro elefante blanco y una carga más para el pueblo, ¡una carga muy pesada!, que en lugar de beneficiarlo comprometerá su futuro, su desarrollo y su bienestar. En los países donde los colectores de aguas residuales se han instalado y funcionan son países con características muy particulares, les describo algunas: Estados Unidos, con un índice de desarrollo humano (IDH) de 0.937, un PIB per cápita de 40,000 Euros (puesto 6 a nivel mundial); Suiza, con un IDH de 0.913 y un PIB per cápita de 61,100 Euros (puesto 4 a nivel mundial); Italia, con IDH 0.881 y un PIB per cápita de 25,600 Euros (puesto 15 a nivel mundial), todos países con muy buenas o excelentes condiciones de vida, donde la gente vive y no sobrevive, todos países ricos y desarrollados con abundantes recursos económicos, en donde la gente tiene patrones culturales diferentes a los nuestros, cultura de pagar impuestos, cultura de pagar por los servicios públicos, cultura de hacer pagos por servicios ambientales, cultura de respetar y hacer valer la ley, gente con un nivel de educación alto, con bajos índices de pobreza, con bajos índices de corrupción. Empero es interesante, hacer notar que en América Latina, Guatemala no es el único país en donde se han propuesto los colectores de aguas residuales para proteger un lago, antes que nosotros en países como Chile, Argentina y México también propusieron esta alternativa, pero al final terminaron por descartarla, el principal motivo la falta de sostenibilidad económica principalmente en la operación y mantenimiento, cuales son las características generales de estos países: Chile, con un IDH 0.819 y un PIB per cápita de 11,836 Euros (puesto 46); Argentina, con un IDH de 0.811 y un PIB per cápita 11,113 Euros (puesto 50); México, con un IDH de 0.748 y un PIB per cápita de 8,003 Euros (puesto 64); todos países más ricos que Guatemala, pero no tanto como lo otros países mencionados, más desarrollados que Guatemala, pero no considerados aún países desarrollados, en donde la gente vive mejor que nosotros, pero donde ya se manifiestan algunos problemas serios con la educación, con el pago de impuestos, con el pago de servicios públicos, con el cumplimiento de las leyes, con pobreza y pobreza extrema y con la corrupción. Bajo estos supuestos de análisis general ¿qué podemos esperar que suceda en Guatemala y específicamente en la cuenca del lago de Atitlán respecto a un proyecto de colector de aguas residuales?, considerando que el PIB per cápita en nuestro país es de 2,589 Euros (puesto 113 a nivel mundial),  que el ingreso medio mensual de una familia de la población de la cuenca es de Q1793.10 (174.08 Euros) y que el 75% de las familias de la cuenca vive con un ingreso mensual igual o menor a Q2000.00 (194.17 Euros), que el IDH en la cuenca es de 0.51 (considerando un bajo índice de desarrollo humano), en donde la pobreza extrema es del 30.95% y la pobreza es del 70.31%, un lugar donde se tiene la cultura de no pagar por casi nada, donde se tiene la cultura de irrespetar la ley, con bajos niveles de educación, con altos índices de corrupción, con altos índices de conflictividad social, en donde la gente concentra sus fuerzas más en sobrevivir que en vivir. También usted saque sus propias conclusiones.
Un punto que quienes venden la idea del colector de aguas residuales para el lago de Atitlán, están obviando, no sé si adrede o sin intensión, pero que es importante e interesante que se conozca, es que en los países donde los colectores se instalaron y funcionan, éstos son parte de un plan de acción para el manejo integrado de la cuenca, en donde los gobiernos nacionales (federales), estatales y provinciales, todos los años hacen millonarias inversiones en concepto de manejo de suelos, reforestación y manejo de bosques, restauración ecológica y recuperación de ecosistemas terrestres, agricultura, riego y drenaje agrícola, ordenamiento urbano y territorial, y ordenamiento de recursos naturales y sus respectivas políticas, muchos de estos gobiernos han invertido muchos millones de dólares en comprar tierras para recuperación o para protección y conservación; han generado nuevas leyes ambientales y mejorado las ya existentes, han establecido mecanismos de control y seguimiento y de sanciones efectivos. El verdadero éxito en la recuperación de esos lagos no ha estado vinculado única y exclusivamente al colector de aguas residuales, sino a todas las acciones de manejo integrado de la cuenca de las cuales el colector es apenas una acción. Sin embargo, en Guatemala y en el lago de Atitlán, por alguna extraña razón se está queriendo condicionar la protección y recuperación del lago a este megaproyecto de infraestructura, que es una de tantas alternativas que existen y que se pueden desarrollar para manejar y resolver el problema de las aguas residuales en la cuenca. El colector de aguas residuales que se propone no es ningún proyecto barato, las estimaciones preliminares calculan un costo de construcción de más de Q300 millones, pero a criterio de expertos en la materia su costo real podría ser muchísimo mayor (4 o 5 veces), eso considerando únicamente los caudales de aguas residuales que se generan y descargan en los poblados que se asientan en las riberas del lago. Empero si el colector pretende reunir y exportar todas las aguas residuales que se producen en la cuenca, como lo propone la Universidad Estatal de California, el costo del mismo se elevaría a montos realmente multimillonarios, posiblemente prohibitivos, ya que tendría que considerarse la construcción de sistemas de alcantarillado sanitario en todas las comunidades de la cuenca, desde los poblados más grandes hasta las comunidades más pequeñas, desde la parte alta de la cuenca hasta la orilla del lago, y todos tendrían que estar conectados al colector. La propuesta del colector es una alternativa tecnológica que está ahí, entre muchas otras mucho más viables que existen y que se deben considerar a la luz de las condiciones sociales, culturales y económicas de la población de la cuenca, por lo que debe de estudiarse y analizarse muy, pero muy bien, para garantizar que se ajusta y responde al contexto social, cultural y económico de la cuenca, es una tecnología que debe de compartirse y consensuarse, hablando con la verdad, con toda la población de la cuenca del lago y con la población de la cuenca vecina (río Madre Vieja); que no debe verse de manera aislada como la panacea a los problemas de contaminación del lago sino como una alternativa que debe ser parte complementaria de un conjunto de acciones, posiblemente más importantes, que buscan reducir al mínimo la contaminación que afecta al lago de Atitlán (enfocando mayormente los esfuerzos y recursos en atender los problemas de contaminación difusa, que son los más difíciles de resolver y que son los mayores), y que buscan manejar de manera integrada su cuenca y los ecosistemas que en ella están establecidos.
El megacolector de aguas residuales o "popoférico" como le llaman sus promotores, es un proyecto totalmente desconocido para la gran mayoría de la población de la cuenca del lago de Atitlán, y completamente desconocido para los habitantes de la cuenca del río Madre Vieja a donde se pretende hacer el trasvase (a donde se quiere llevar las aguas residuales de Atitlán), es un proyecto que no responde a las necesidades de la población y que ni si quiera ha sido priorizado por ésta, por lo que corre un alto riesgo de no ser viable socialmente; sin embargo, se le está impulsando con vehemencia, sin escatimar esfuerzos ni recursos, por parte de aquellos sectores minoritarios que serán los grandes beneficiados (chaleteros, hoteleros y unas pocas ONG) y que tienen su propia agenda para el lago, que responde única y exclusivamente a sus intereses, y que han conseguido con el apoyo de la vicepresidente Roxana Baldetti, mediante la cooptación de la autoridad del lago, que ésta se convierta también en la agenda de esa autoridad para el lago de Atitlán, bajo el disfraz de un "Plan Maestro de Agua y Saneamiento para la cuenca del lago de Atitlán" un plan que será hecho, sin ninguna ética, a la medida del megacolector y del trasvase, porque como dicen "No es lo mismo que sea parte de un plan gubernamental, a que sea una propuesta aislada"; nada diferente a lo que sucede en otras instituciones del estado que han sido capturadas por los poderes paralelos, para que éstas trabajen en la consecución de beneficios particulares (pistocracia), lo cual es verdaderamente preocupante; además del hecho de los multimillonarios compromisos que ya se tienen pactados con el BID, entidad a la que se le quema la miel por financiar el proyecto mediante un préstamo, que endeudaría más al país y específicamente a los municipios de una cuenca pobre como la de Atitlán; misma entidad que financió, mediante un crédito concedido a la municipalidad, la planta de tratamiento de aguas residuales de Panajachel (Cebollales I), depuradora que funciona a medias debido a que nunca contó con un diseño de ingeniería social y económica de la tecnología propuesta, que considerara en serio las características sociales, culturales y económicas de la población, por lo que en la realidad esta planta de tratamiento tiene costos de operación y mantenimiento que sobrepasan por mucho las capacidades de la población local, un grosero error y una gran irresponsabilidad por parte de los diseñadores.
Si los promotores del colector insisten en traer esta tecnología a Guatemala, considero que la única área donde el colector tendría mucho más viabilidad, tomando en consideración las características sociales, culturales y económicas de la población, sería la cuenca del lago de Amatitlán, según el PNUD para el año 2013 el IDH ponderado de esta cuenca era de 0.821 (Un IDH alto), habiendo dentro de los municipio asentados en la cuenca zonas con un IDH hasta de 0.90, similares a los IDH de un país desarrollado, en la zona la pobreza se ubica en un 19.64% y la pobreza extrema en un 1.69% (ENCOVI, 2011), el acceso de la población de la cuenca a servicios es de 89% (INE, 2013), la población de la cuenca tiene cultura por hacer pago de servicios públicos, además en la cuenca se estima que se ubican más de 900 empresas, muchas de ellas multimillonarias, que producen un proporción importante del PIB (el 78% del PIB, según el PNUD, 1998); también en esa misma cuenca se asientan las municipalidades con más recursos y más capacidades del país; además por las condiciones actuales de contaminación que sufre el lago de Amatitlán, en donde las aguas residuales domésticas e industriales, si son la causa principal, y por ser un cuerpo de agua estratégico para la región metropolitana vale la pena hacer el esfuerzo, cuántos millones no se han gastado ya tratando de sanear el lago y no lo han conseguido; mientras que esta alternativa, a mi criterio, bien podría ser la solución que se estaba buscando; además el lago por las condiciones hidrológicas (tiempo de retención hidráulica de 2 años) que tiene, permitiría ver resultados positivos en el mediano plazo. Se me ocurre que también podría aprovecharse la diferencia de cotas en las tuberías principales del colector (energía potencial) para generar energía eléctrica para el mismo consumo del sistema (especialmente de equipos de bombeo) y mejorar su sostenibilidad económica; las aguas residuales colectadas bien podrían conducirse a la cuenca del río Michatoya para su depuración en un planta de tratamiento y para su posterior uso en riego agrícola en la misma cuenca del Michatoya o del río Maria Linda en donde abundan las plantaciones de caña de azúcar, mismas a las que les quedaría muy bien contar, por un bajo precio, con un caudal permanente de aguas cargadas de nutrientes. Además en el proceso de adaptación de la tecnología al entorno nacional, siendo Amatitlán el proyecto piloto, nos permitiría a los técnicos conocer las ventajas y desventajas de la misma y determinar con alta confianza y certeza si la propuesta puede ser replicable en otros lagos del país con condiciones sociales, culturales y económicas totalmente distintas; sin duda alguna, el lago de Amamtitlán sería la prueba de fuego de este colector y este colector podría ser por fin la solución añorada para Amatitlán. Piénselo, analícelo y luego me cuenta.



jueves, 26 de diciembre de 2013

En Atitlán, ¿Vamos por el camino correcto?

Estimados amigos del lago de Atitlán, hoy quise compartirles mi humilde reflexión sobre lo que sucede con nuestro lago y su cuenca; he pensado mucho sobre el camino que actualmente caminamos, hablando en términos generales, todos quienes de alguna manera luchamos por este hermoso recurso. Recientemente estuve platicando con Susana de Pura Vida, para algunas autoridades ambientales de la cuenca "una vieja loca" y para no muchas ongs que trabajan en la cuenca "un obstáculo para la gestión ambiental" del lago, pero será que lo que dicen es realmente cierto o son calificativos que representan la cólera y la frustración de estos entes ante la actitud y el trabajo de una extranjera que dice ser marqueña y lagunera; pues yo más me inclino por lo segundo porque he visto su trabajo, porque las comunidades del lago han visto su trabajo y porque muchos indios como yo hemos sido beneficiados con su trabajo, un trabajo honesto, íntegro, comprometido y sobre todo eficaz, eficiente y consecuente en atender las necesidades nutricionales, de vivienda y de ambiente de nuestras comunidades, su esfuerzo altruista la llevó hace poco a ser sujeto de calumnias y hasta de enfrentarse a los tribunales a un grupo de corruptos mentirosos que conspiraban contra Pura Vida y la Señora Susana; obviamente como todo su gestión no es perfecta, pero es tal vez la mejor gestión de una ong en la cuenca, un ejemplo de como se debe trabajar para promover y fomentar el cambio de actitudes que se necesitan en el lago. Platicando con ella, me comentó su preocupación sobre la actual gestión para la protección del lago, preocupación que comparto con ella, aunque nuestros fundamentos para preocuparnos no sean siempre los mismos, pero si coincidimos en que nuevamente vamos caminando por esa senda equivocada, poco eficiente y nada eficaz para conservar nuestro lago, lamentablemente después de un efímero período de esperanza en donde creímos que se había cambiado de vía y que íbamos por la ruta del cambio verdadero, volvimos a caer en ese camino tortuoso y poco inteligente que nuevamente incrementó el riesgo para nuestro lago y nuestras comunidades. Claro estoy que los detractores a mis palabras serán muchos porque sus intereses no los dejarán ver objetivamente el problema y mucho menos analizarlo, pero no importa vale la pena decirlo; desde siempre la gestión ambiental de la cuenca del lago de Atitlán para la conservación y protección del mismo se basó en la construcción de infraestructura de aguas residuales y desechos sólidos y cuando creímos que había cambiado volvimos a caer en lo mismo, con el perdón de los académicos que se llenan la boca hablando del lago, el problema no es problema de infraestructura, el problema es mucho más grande y complejo, es un problema de manejo de la cuenca, eso quiere decir que es un problema de gestión, de administración y de ejecución en la cueca del lago de Atitlán, lo más fácil para los responsables de esta tarea o para quienes promovemos un proyecto a favor del lago es irnos solo por el lado de la ejecución y dentro de ella el de construir obra gris, por el simple hecho de que es más fácil y no hay que estar peleando ni luchando con la gente y porque para muchos técnicos porque es lo único que saben hacer, pero la infraestructura no soluciona nada cuando se descuidan los otros dos aspectos que son 100 veces más importantes, infraestructura no es igual a desarrollo ni a calidad de vida. Hace pocos días me enteré que la Contraloría General de Cuentas hizo auditorías ambientales en la cuenca a las municipalidades, lo interesante es que la mayoría de los problemas encontrados estaban vinculados directamente a la gestión y a la administración, a las autoridades locales que deben cumplir las leyes les importa poco cumplir con las leyes y normas establecidas para proteger el ambiente y el lago, a las autoridades que deben velar por su cumplimiento de las leyes y por la calidad ambiental de la cuenca les importa poco exigir y controlar que se cumpla con la ley y que haya calidad ambiental, y a las autoridades sancionadoras les es de poco interés aplicar sanciones. Para, el Dr. Jaroslav del Banco Mundial, que estuvo de visita la primera semana de diciembre en Tzununá y San Marcos la Laguna, el problema más que de infraestructura es un problema de orden y disciplina, es un problema de falta de autoridad, "es un problema de cojones" dijo, y quienes hemos vivido por generaciones aquí y somos parte del pueblo y del problema lo compartimos. Un problema de falta de autoridad, las auditorías ambientales y el experto así lo señalan, entonces porque seguir caminando por esa ruta en la que nos empecinamos hace más de 15 años si tenemos los suficientes argumentos y evidencias de que no es ahí por donde debemos ir, a caso no queremos asumir realmente el reto de luchar y trabajar por el lago, o a caso nuestro interés realmente es que digan que estamos haciendo algo aunque ello no represente ningún cambio ni mejora para nuestro ambiente, o a caso caminar por esta vía fácil, comparada con las otras que hay que caminar, es la única opción que nos queda porque no tenemos la capacidad, la habilidad y el conocimiento para encaminarnos por el camino correcto, o a caso caminar por el camino correcto no da los réditos económicos que esperamos y por eso preferimos seguir en esta ruta de pocos logros, que se diga lo que se diga, sigue siendo la misma ruta de pocos logros sólo que ahora más bulliciosa porque tiene más publicidad y más amigos, más maquillada.

El Indio Gabriel
Lago de Atitlán
Diciembre, 2013.

viernes, 9 de agosto de 2013

De indios vividores…

Por Estuardo Zapeta.


Es un grupúsculo de vividores, autodenominados “mayas” que viven de la cooperación internacional y del bochinche nacional. Falsos voceros y profetas de un pueblo que ni los ha elegido, ni los ha nombrado, y menos los identifica con la existencia “chic” que, en nombre de los “hermanos” indígenas, se han forjado. Viven de la pobreza. Enfatizan la pobreza. Pero su riqueza mal lograda deslumbra.

A la par de estos vividores de la identidad está el ya selecto grupo de Ladinitos, vividores también, segundones, arrastrados que han tomado el discursito ese de la “cosmovisión, de Ajaw, de Tepew, de Gukumatz,… de Tzaqol y Bitol”, y lo elevan al cielo —vaya farsantes— mientras en sus morrales “fashion” suenan las ayudas de “los cooperantes”.

Acto mismo de racismo, tanto de los “mayas chic”, como de los Ladinitos buscafortunas, porque, oh sorpresa, “proyectos” de “desarrollo” solo para las poblaciones “mayas”. Para el Oriente ni pura estaca porque sucede que en el “racismo del antirracismo” estas chorchas dispusieron hacer con el Oriente guatemalteco lo mismo que combatían: “invisibilizarlo”.

Y la “comunidad internacional”, ciega, sorda, muda, y corrupta siguió los designios de los dioses “mayas” y los semidioses Ladinitos mestizoides, y en su lucha contra la “discrimi-Nación” y el “racismo”, ¡pum! de un plumazo desaparecieron al Oriente, porque “en el Oriente no hay ‘indios’”.

Pero las “compañeras y compañeros”, como suelen llamarse, en su promiscuidad financiera le entran a todas las poses que ni un tal “Crisóstomo” habría practicado con tanta flexibilidad, mire pues: indígenas feministas, mayas ecologistas, pueblos ancestrales sindicalistas, naciones originarias por los derechos civiles, pueblos originarios por los derechos humanos, indianismo desarrollista consuetudinario, pastoral étnica ecofeminista, y una serie de nombres que entre más complicado, entonces más pisto.

Yo soy indio. Obvio, pues. Pero jamás de esa clase de vividores, menos de “aliado” de los ladinitos huevones que vieron “negocio” en el etnicismo radical.

El indio que yo conozco no vive de la “pobreza” de sus hermanos. El indio que vi cuando crecí es productivo, es comerciante, es honrado, es ingenioso, es emprendedor, es bondadoso, es solidario, es pacífico, es inteligente.

Las indias que yo conocí en mi casa, entre mi madre y mis tías, eran y siguen siendo mujeres a quienes el sol siempre las encontró y las encuentra ya levantadas, mujeres que sí vivieron la guerra y luego nos enseñaron el perdón. Ellas jamás compartirían ni una tortilla con las indias vividoras. Sentenciaron: “Maldito el que haga dinero de la memoria de sus muertos”. Sí, mil veces malditas las vividoras, mil veces malditos los Ladinitos rastreros.

Los indios que vi y me formaron viven, como yo, de sus negocios, de sus industrias, de sus siembras, no de las ONG, ni de las indignas migajas que tiran extranjeros paternalistas ante un discurso guerrillerista y tierrerista.

Me alimenté de muchos indios e indias nobles. A ellos sigo, en ellos creo. Esos que se dicen “líderes indígenas” no son más que ladronzuelos de la identidad.

miércoles, 6 de marzo de 2013

¡En Atitlán vamos mal!


Hola que gusto saludarlos nuevamente, le doy gracias a Dios por la oportunidad que me da otra vez para comunicarme con ustedes; en el mes de agosto sufrí serios problemas de salud que me tuvieron interno dos meses en un hospital nacional en la ciudad de Guatemala, luego gracias a una fundación cristiana pude viajar a Canadá a tratar el mal que me aquejaba viéndome en la obligación de dejar este paraíso llamado Lago de Atitlán; pero ya estoy de nuevo por acá todavía en proceso de convalecencia pero con ganas de aportar por la conservación del lago, durante el proceso de tratamiento de mi enfermedad hubieron cosas positivas como haber podido conocer al señor Brian Tamblyn Jefe del Comité Coordinador de la Autoridad para la Conservación de la Región del Lago Simcoe, quien me permitió conocer el interesante trabajo que hace este ente para proteger uno de los más importantes lagos del sureste de Ontario en cuya cuenca viven al rededor de 400,000 personas; dentro de lo más importante que aprendí de esta gente que lleva décadas protegiendo el lago es que el papel fundamental de la Autoridad es hacer valer la autoridad, la parte técnica y de gestión son importantes, pero no más importantes que hacer valer la ley y aplicar disciplina, en ese simple hecho de cumplir y respetar a cabalidad las leyes y reglamentos y de aplicar acciones disciplinarias ejemplares está el éxito de la protección y conservación, aprendí que la aplicación de las leyes para proteger el lago no puede ser discrecional ni mucho menos se puede negociar, realmente una gran experiencia que obtuve sin buscarla, no hay duda que ha sido una bendición de Dios. Pero estoy triste, muy triste por lo que veo, me fui con la esperanza de que las cosas para nuestro lago iban a cambiar, me fui con las promesas en los oídos que se iba a ser valer lo contenido en el nuevo reglamento de AMSCLAE, pero ahora veo que no fueron más que promesas, esa entidad clave para el lago ha caído nuevamente en el descuido de su autoridad, hacer valer las leyes y reglamentos es lo que menos veo que hagan, las acciones legales disciplinarias sobre los contaminadores del lago y destructores de la cuenca brillan por su ausencia, una autoridad que no impone autoridad no merece llamarse como tal, la gente está perdiendo la esperanza y la confianza en esta institución, pero sobre todo, lo que más me preocupa le está perdiendo el respeto y eso si no se puede permitir; vamos caminando por la senda equivocada. La parte técnica y de gestión son importantes, pero no más importantes QUE CUMPLIR Y HACER VALER LA LEY E IMPONER DISCIPLINA, cuantos problemas ambientales se hubieran evitado, cuantos recursos nos hubiéramos ahorrado si se cumplieran las leyes y los mandatos de protección del ambiente y de manejo de desechos y de conservación de bosques y fuentes de agua, por eso en este mi primer aporte del año 2013 exijo, en mi nombre y a nombre de mi familia y mi comunidad que AMSCLAE tenga el VALOR y la excelsitud ética y moral para cumplir y hacer valer la ley, en el lago se necesita ORDEN y DISCIPLINA, basta ya de tantas consideraciones y contemplaciones.

NO CUMPLIR Y NO HACER VALER LA LEY ES PERMITIR EL ECOCIDIO DEL LAGO DE ATITLÁN

Un gusto saludarlos

Gabriel Hernández Pérez

viernes, 22 de febrero de 2013

Amar o Temer


Por: Lic. César García E.

Un mundo que sucumbió ante la banalidad, ante la codicia absurda que lleva a la destrucción y somete a mil millones a hambre, desnutrición, marginación… a la muerte. Un mundo donde el dinero resulta el único dios, el tenerlo es el motivo del odio, de asesinatos, de rencor y poder. Un mundo ya de cabeza, destinado a la tragedia, un mundo ya moribundo por su propia impertinencia, por abusos deshonestos, por miseria reiterada, por desprecio a lo valioso… por conciencias  alienadas.

Un mundo así tan fútil, tiene sus días contados, no sobrevivirá el sistema, en medio de tanto caos. Un mundo de desazones, de homicidios sin razones, de la impunidad perpetua, de fantoches reunidos… en tantas partes del mundo, para buscar soluciones impregnadas de codicia, formulando explicaciones en medio de la inmundicia. Un mundo donde el ingrato es altamente apreciado, el mitómano y traidor… altamente valorado. Un mundo que se encantó con las mentiras absurdas que le vendió el consumismo, la vanidad, lo barato… un mundo que pereció ante el acoso letal de medios que se metieron en la habitación de niños… para desvalorizarlos, engañarlos y destruirlos, un mundo que suplantó la atención de la mamá, la corrección del papá… por una computadora, por una televisión, una consola de juegos o pinche reproductora.

Un mundo desintegrado, de fracturadas familias, de egoísmos desbordados, de arrebatar si no gana… pero sintiéndose honrado. Un mundo donde las leyes, las proponen los mafiosos, donde se pacta entre ellos, para robar, sustraer, denigrar y someter… al lerdo contribuyente que se convence y percata, en medio de tanta gente –que le dice que así es– que sus impuestos son buenos, que su esfuerzo y que su plata, van a ser  administrados con razón y con decencia, probidad y transparencia. Pero el cándido individuo, se percata de la farsa, cuando acude a un funeral, de los tantos que hoy ocurren, en el que la delincuencia… salió impune y no se vio; ni la ley, ni la justicia… mucho menos transparencia; o cuando en un hospital carente de medicinas, le avisan que falleció, su amigo o su papá, su hijita o su sobrina.

En un mundo tan absurdo, donde el malo cree siempre que se saldrá con la suya; el bueno, el trabajador, el honrado, el diligente, el creativo, el persistente, el padre, el hijo obediente, la madre tan laboriosa, amorosa y abnegada. Todos ellos –es decir– la gente que vale mucho… se quedan paralizados, el terror los convenció que es mejor bajar la testa y salir a trabajar, con temor y con temblor.

En un mundo tan así… tan absurdo y tan letal, uno puede decidir vivir temiendo o amando. Yo me quedo con amar, porque sé perfectamente que existe tantísima gente necesitada de amor; de un abrazo, de un consejo, de abrigo y de esperanza; de convicción… dignidad, de ilusiones que a su vez, conviertan en realidad. El amor es además antídoto del temor, destructor del  egoísmo y el amante del pudor ¡Piénselo!

sábado, 14 de julio de 2012

ECOCIDIO

Autora: Polly Higgins 

Una tarde, después de un día ordinario de trabajo como abogada en las cortes de  Londres, me detuve a observar con detenimiento el panorama desde mi ventana; hasta ese momento mi trabajo y mis estudios habían servido únicamente para satisfacer los intereses económicos de seres humanos sin ningún reparo en el daño ambiental que causaban. Aquella tarde fui sincera conmigo misma, decidí no ser más copartícipe de aquella amenaza que sólo priorizaba las ganancias antes del bienestar general y el respeto a la vida en su conjunto. Entendí cual era mi verdadero proyecto de vida y concluí que debía aprovechar mi conocimiento laboral sobre la filosofía empresarial y utilizar mi experiencia jurídica a favor del planeta Tierra.
Al dedicarme de lleno a la abogacía ambiental, comencé a involucrarme más en todo tipo de foros y espacios públicos para proponer y aprender más sobre posibles soluciones que pudieran minimizar la vorágine depredación de la biodiversidad en la Tierra. Ya en ese camino, durante las negociaciones climáticas de Copenhague, durantela COP15 del 2009,  vislumbré por primera vez la idea de promover, desde las instituciones existentes del Derecho Internacional Público, la penalización de la destrucción de ecosistemas de una manera equiparable al crimen de Genocidio, contemplado en el Estatuto de Roma y adscrito a la competencia de la Corte Penal Internacional. Comprendí que necesitábamos crear un nuevo lenguaje jurídico para poder definir, prevenir y castigar acciones ineluctables que permiten que ejecutivos de corporaciones, jefes de Estado y directores de bancos, puedan dañar y destruir ecosistemas impunemente sin reparar en los posibles riesgos, no sólo para las naciones, sino para la humanidad en su conjunto. Por tal motivo en mayo del 2010 entregué a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la propuesta de incluir alEcocidio como el quinto crimen contra la paz, propuesta que les invito a conocer en las siguientes líneas:


"El Ecocidio concierne a la comunidad internacional"
Existen ciertos principios universales que serían condenados vehementemente a nivel mundial si algún gobierno o individuo decidiera violentarlos. Por ejemplo, realizar actos que promueven la aniquilación de un grupo nacional, racial o religioso podría ser evidenciado como un genocidio y automáticamente atraería el repudio de una moral universal que ha sacralizado la vida humana.
Fue a partir de los horrores que sufrió la humanidad durante la Segunda Guerra Mundial que se impulsó la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en virtud de preservar la paz y asegurar la mejor calidad de vida de las generaciones venideras. La atrocidad de la guerra expuesta en su forma más vil dentro de los campos de concentración nazis, permitió acuñar el término de Genocidio para describir una conducta criminal que destruía sistemáticamente la vida humana. Tal dimensión de violencia institucionalizada, motivó la creación de juicios ad hoc de carácter internacional que pudieran procesar y castigar a los culpables. Sin embargo, fue hasta el 2002, con la conformación de la Corte Penal Internacional, que se aseguró la existencia de un tribunal permanente de justicia que procesara “los más serios crímenes que conciernen a toda la comunidad internacional”, comúnmente conocidos como crímenes contra la paz, los cuales son: Genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y crímenes de agresión. Ahora dejo ante ustedes la consideración del Ecocidio.
 El crimen
Ecocidio es un neologismo que denota la destrucción a gran escala, en parte o en su totalidad, de los ecosistemas de un territorio dado. Se trata, en esencia, de una antítesis a la vida.
La existencia de un Ecocidio puede derivarse de dos posibilidades: 1. Como consecuencia de una fuerza mayor o “actos de la naturaleza” (un terremoto, tsunami, erupción volcánica, etc.) o; 2.  Como obra de las actividades humanas. En ambos escenarios, el Ecocidio puede abarcar varios Estados y, por lo tanto, múltiples jurisdicciones. Tal realidad hace necesaria la intervención del Derecho Internacional Público, que debe determinar la existencia o inexistencia de responsabilidad en la afectación en un sitio determinado. Para tal efecto, la propuesta presentada a la ONU para criminalizar al Ecocidio se definió de la siguiente manera:


“Es la intensa destrucción, daño o pérdida de ecosistemas de un territorio dado que, por la acción humana u otras causas, afecten el pacífico goce de dicho territorio a sus  habitantes por su severa disminución.”

Bajo esta definición, podríamos clasificar dos categorías de Ecocidio,primeramente un Ecocidio que puede ser determinable y puede ser adjudicado a la responsabilidad de una o varias persona jurídicas, sean físicas o morales. En segundo lugar podemos hablar de Ecocidios indeterminados, que al igual que los determinados, generan daño, destrucción o pérdida de un territorio atribuible a acciones humanas, pero que, por su origen o las condiciones dadas, resulta imposible adjudicar la responsabilidad a alguien concreto.
Aunque la destrucción de grandes áreas naturales puede ser causada, directa e indirectamente por varias actividades como lo son las pruebas nucleares, las prácticas extractivas, la utilización de químicos peligrosos, la aplicación de defoliantes o una situación de guerra; un Ecocidio determinable puede ser atribuido exclusivamente a una persona jurídica, como fue determinado por el máximo tribunal ecuatoriano en 2010 en el polémico caso contra  la compañíaTexaco-Chevron, encontrada culpable de contaminar miles de hectáreas amazónicas con residuos tóxicos; otro caso de Ecocidio determinable es el que cometen las municipalidades en la cuenca del lago de Atitlán que descargan aguas residuales sin tratamiento y basuras al cuerpo de agua, mismo que puede ser atribuido a las personas jurídicas municipales.  
Naturalmente cada caso que presente una destrucción, daño o pérdida de los ecosistemas requiere un profundo análisis. Mientras la destrucción y la pérdida de ecosistemas es relativamente fácil de determinar, la responsabilidad del sujeto o los sujetos ecocidas será una tarea de gran complejidad.
Defender a las naciones débiles
Actualmente las grandes corporaciones trasnacionales ocupan el lugar de los antiguos imperios coloniales. En realidad, poco ha cambiado desde que las naciones africanas, asiáticas o latinoamericanas se hicieron independientes de sus antiguas metrópolis europeas. El neocolonialismo persiste y se agudiza.Hoy, la estrategia de las corporaciones consiste en asegurar contratos a largo plazo en países que cuentan con una escasa o nula legislación ambiental, así pueden establecer sus reglas y manipular gobiernos que, en muchos casos, son sobrepasados económicamente por las mismas empresas.
Este neocolonialismo tiene por objetivo extraer intensivamente recursos naturales y aumentar las ganancias de los inversionistas sin observar ni prever el desajuste que sus actividades pueden tener en el equilibrio natural del ecosistema que explotan. Tal situación amerita que inmediatamente sea reconocido el crimen de Ecocidio, ya que estas prácticas tan comunes desencadenarán tarde o temprano motivos de guerra. Es importante reflexionar que, en la mayoría de los casos,  la colonización fue resultado de la imposición forzosa de naciones poderosas sobre poblaciones originarias. No hubo consentimiento ni negociación, hubo sometimiento y abuso.
Las fronteras cambian con el tiempo, como también cambian los gobernantes y poseedores de la tierra. La importancia de esta propuesta implica adscribir a los responsables de la administración de un territorio dado a principios reconocidos y afirmados globalmente, reconociendo que la propiedad privada está supeditada a una gestión ambiental responsable que prevea la mínima afectación a los seres humanos, a los animales, al agua, a la tierra fértil, etc.
Una responsabilidad estricta
La Convención para la Prevencióny Castigo del Crimen de Genocidio, estipula que el responsable de este crimen es castigable sin importar el rango o cargo de quien lo perpetró. Dicho principio de responsabilidad estricta fue creado especialmente para procesar a los nazis responsables del Holocausto judío por el Tribunal Internacional de Nuremberg, el cual afirmó:


"Los crímenes contra el derecho internacional son cometidos por hombres, no por entidades abstractas, y sólo castigando a los individuos que cometen tales crímenes el derecho internacional puede cumplirse”

El Ecocidio también debe reconocer el principio de responsabilidad estricta por cuatro razones:
 1.Es un crimen de consecuencia, lo cual quiere decir, que no castiga a la conducta en sí, sino a la consecuencia de la conducta. Por ejemplo: Una empresa dedicada a la hotelería en la cuenca del lago de Atitlán que no contemple el manejo y tratamiento de sus aguar residuales y desechos sólidos está proclive a cometer un Ecocidio, debido a ello, quienes tomen la decisión de efectuar dicha empresa, estarán sujetos a las consecuencias penales que pueda conllevar su riesgosa decisión. El reconocimiento del Ecocidio como crimen será una fuerte presión para sustentar la economía en actividades de bajo impacto ambiental.
2.La gravedad y las consecuencias del daño ambiental causado, serían vistos  como resultado de la acción jurídica de una persona que concibió la potencialidad del crimen.
3.Históricamente los tribunales han asumido que una corporación y sus directores  no pueden ser considerados criminales. Sin embargo, el reconocimiento de la responsabilidad estricta, permitiría procesar y sentenciar a corporativos culpables de Ecocidio.
4.La responsabilidad estricta promoverá una importante cultura de prevención en  los daños potenciales de quienes toman las decisiones. En el caso del Ecocidio, como en los demás crímenes contra la paz, lo esencial, en última instancia, es la prevención de una guerra.
La falta de una responsabilidad estricta refleja un fracaso regulativo. Claro ejemplo de ello es la situación  de la selva amazónica, donde las multas a empresas son cotidianas por violar la normatividad ambiental. La responsabilidad se paga y punto. Sin embargo, si los responsables quedaran sujetos a un proceso penal internacional, la principal preocupación de las empresas no recaería en pagar sanciones pecuniarias, sino en evaluar las consecuencias penales de sus actos y el desprestigio que la acusación de Ecocidio implicaría.
Reparación del daño
Además, siendo el Ecocidio un delito tipificado y regulado, exigiría la reparación del daño causado,  instrumento legal mucho más poderoso que la mera justicia pecuniaria.
La reparación asegura que no se pueda evadir la responsabilidad con el abandono del cargo ejecutivo o a través de la venta de la propiedad afectada.
Complementariedad
La adopción del Ecocidio como quinto crimen contra la paz incitaría a los Estados firmantes del Estatuto de Roma a legislar en su normatividad interna el crimen. Su adopción en la ONU, daría al Ecocido el carácter de una obligación erga omnes, es decir, una obligación general.
En el Estatuto de Roma existe el principio de complementariedad, por medio del cual la Corte Penal Internacional puede complementar sistemas judiciales nacionales y puede ejercer su jurisdicción cuando los tribunales nacionales se encuentren indispuestos o sean incapaces de investigar o procesar los crímenes que persigue la Corte.
Se puede cambiar la historia
La propuesta se encuentra en manos de la Organización de las Naciones Unidas. Su reconocimiento implica unaenmienda al Estatuto de Roma, documento que contiene los actuales crímenes contra la paz. Para alcanzar la reforma, es necesaria la votación de las dos terceras partes dela Asamblea General de la ONU. El tema podría ser discutido y votado en la próximo Cumbre de la Tierra,que se llevará en Rio de Janeiro, Brasil, en 2012. Hoy todo nuestro esfuerzo se encamina a ello.
Tengo la esperanza de que las Naciones Unidas no entierren esta propuesta. Sabemos que existirá un fuerte cabildeo corporativo para impedirlo, pero debemos intentarlo. La ONU fue creada para representar a los pueblos, a nosotros, las personas del mundo. Ha llegado el tiempo de hablar claro y comenzar a exigir a nuestros gobiernos una reacción ejemplar ante el daño y la destrucción insoslayable de nuestra Tierra.
¡Podemos cambiar la historia!