jueves, 26 de diciembre de 2013

En Atitlán, ¿Vamos por el camino correcto?

Estimados amigos del lago de Atitlán, hoy quise compartirles mi humilde reflexión sobre lo que sucede con nuestro lago y su cuenca; he pensado mucho sobre el camino que actualmente caminamos, hablando en términos generales, todos quienes de alguna manera luchamos por este hermoso recurso. Recientemente estuve platicando con Susana de Pura Vida, para algunas autoridades ambientales de la cuenca "una vieja loca" y para no muchas ongs que trabajan en la cuenca "un obstáculo para la gestión ambiental" del lago, pero será que lo que dicen es realmente cierto o son calificativos que representan la cólera y la frustración de estos entes ante la actitud y el trabajo de una extranjera que dice ser marqueña y lagunera; pues yo más me inclino por lo segundo porque he visto su trabajo, porque las comunidades del lago han visto su trabajo y porque muchos indios como yo hemos sido beneficiados con su trabajo, un trabajo honesto, íntegro, comprometido y sobre todo eficaz, eficiente y consecuente en atender las necesidades nutricionales, de vivienda y de ambiente de nuestras comunidades, su esfuerzo altruista la llevó hace poco a ser sujeto de calumnias y hasta de enfrentarse a los tribunales a un grupo de corruptos mentirosos que conspiraban contra Pura Vida y la Señora Susana; obviamente como todo su gestión no es perfecta, pero es tal vez la mejor gestión de una ong en la cuenca, un ejemplo de como se debe trabajar para promover y fomentar el cambio de actitudes que se necesitan en el lago. Platicando con ella, me comentó su preocupación sobre la actual gestión para la protección del lago, preocupación que comparto con ella, aunque nuestros fundamentos para preocuparnos no sean siempre los mismos, pero si coincidimos en que nuevamente vamos caminando por esa senda equivocada, poco eficiente y nada eficaz para conservar nuestro lago, lamentablemente después de un efímero período de esperanza en donde creímos que se había cambiado de vía y que íbamos por la ruta del cambio verdadero, volvimos a caer en ese camino tortuoso y poco inteligente que nuevamente incrementó el riesgo para nuestro lago y nuestras comunidades. Claro estoy que los detractores a mis palabras serán muchos porque sus intereses no los dejarán ver objetivamente el problema y mucho menos analizarlo, pero no importa vale la pena decirlo; desde siempre la gestión ambiental de la cuenca del lago de Atitlán para la conservación y protección del mismo se basó en la construcción de infraestructura de aguas residuales y desechos sólidos y cuando creímos que había cambiado volvimos a caer en lo mismo, con el perdón de los académicos que se llenan la boca hablando del lago, el problema no es problema de infraestructura, el problema es mucho más grande y complejo, es un problema de manejo de la cuenca, eso quiere decir que es un problema de gestión, de administración y de ejecución en la cueca del lago de Atitlán, lo más fácil para los responsables de esta tarea o para quienes promovemos un proyecto a favor del lago es irnos solo por el lado de la ejecución y dentro de ella el de construir obra gris, por el simple hecho de que es más fácil y no hay que estar peleando ni luchando con la gente y porque para muchos técnicos porque es lo único que saben hacer, pero la infraestructura no soluciona nada cuando se descuidan los otros dos aspectos que son 100 veces más importantes, infraestructura no es igual a desarrollo ni a calidad de vida. Hace pocos días me enteré que la Contraloría General de Cuentas hizo auditorías ambientales en la cuenca a las municipalidades, lo interesante es que la mayoría de los problemas encontrados estaban vinculados directamente a la gestión y a la administración, a las autoridades locales que deben cumplir las leyes les importa poco cumplir con las leyes y normas establecidas para proteger el ambiente y el lago, a las autoridades que deben velar por su cumplimiento de las leyes y por la calidad ambiental de la cuenca les importa poco exigir y controlar que se cumpla con la ley y que haya calidad ambiental, y a las autoridades sancionadoras les es de poco interés aplicar sanciones. Para, el Dr. Jaroslav del Banco Mundial, que estuvo de visita la primera semana de diciembre en Tzununá y San Marcos la Laguna, el problema más que de infraestructura es un problema de orden y disciplina, es un problema de falta de autoridad, "es un problema de cojones" dijo, y quienes hemos vivido por generaciones aquí y somos parte del pueblo y del problema lo compartimos. Un problema de falta de autoridad, las auditorías ambientales y el experto así lo señalan, entonces porque seguir caminando por esa ruta en la que nos empecinamos hace más de 15 años si tenemos los suficientes argumentos y evidencias de que no es ahí por donde debemos ir, a caso no queremos asumir realmente el reto de luchar y trabajar por el lago, o a caso nuestro interés realmente es que digan que estamos haciendo algo aunque ello no represente ningún cambio ni mejora para nuestro ambiente, o a caso caminar por esta vía fácil, comparada con las otras que hay que caminar, es la única opción que nos queda porque no tenemos la capacidad, la habilidad y el conocimiento para encaminarnos por el camino correcto, o a caso caminar por el camino correcto no da los réditos económicos que esperamos y por eso preferimos seguir en esta ruta de pocos logros, que se diga lo que se diga, sigue siendo la misma ruta de pocos logros sólo que ahora más bulliciosa porque tiene más publicidad y más amigos, más maquillada.

El Indio Gabriel
Lago de Atitlán
Diciembre, 2013.

viernes, 9 de agosto de 2013

De indios vividores…

Por Estuardo Zapeta.


Es un grupúsculo de vividores, autodenominados “mayas” que viven de la cooperación internacional y del bochinche nacional. Falsos voceros y profetas de un pueblo que ni los ha elegido, ni los ha nombrado, y menos los identifica con la existencia “chic” que, en nombre de los “hermanos” indígenas, se han forjado. Viven de la pobreza. Enfatizan la pobreza. Pero su riqueza mal lograda deslumbra.

A la par de estos vividores de la identidad está el ya selecto grupo de Ladinitos, vividores también, segundones, arrastrados que han tomado el discursito ese de la “cosmovisión, de Ajaw, de Tepew, de Gukumatz,… de Tzaqol y Bitol”, y lo elevan al cielo —vaya farsantes— mientras en sus morrales “fashion” suenan las ayudas de “los cooperantes”.

Acto mismo de racismo, tanto de los “mayas chic”, como de los Ladinitos buscafortunas, porque, oh sorpresa, “proyectos” de “desarrollo” solo para las poblaciones “mayas”. Para el Oriente ni pura estaca porque sucede que en el “racismo del antirracismo” estas chorchas dispusieron hacer con el Oriente guatemalteco lo mismo que combatían: “invisibilizarlo”.

Y la “comunidad internacional”, ciega, sorda, muda, y corrupta siguió los designios de los dioses “mayas” y los semidioses Ladinitos mestizoides, y en su lucha contra la “discrimi-Nación” y el “racismo”, ¡pum! de un plumazo desaparecieron al Oriente, porque “en el Oriente no hay ‘indios’”.

Pero las “compañeras y compañeros”, como suelen llamarse, en su promiscuidad financiera le entran a todas las poses que ni un tal “Crisóstomo” habría practicado con tanta flexibilidad, mire pues: indígenas feministas, mayas ecologistas, pueblos ancestrales sindicalistas, naciones originarias por los derechos civiles, pueblos originarios por los derechos humanos, indianismo desarrollista consuetudinario, pastoral étnica ecofeminista, y una serie de nombres que entre más complicado, entonces más pisto.

Yo soy indio. Obvio, pues. Pero jamás de esa clase de vividores, menos de “aliado” de los ladinitos huevones que vieron “negocio” en el etnicismo radical.

El indio que yo conozco no vive de la “pobreza” de sus hermanos. El indio que vi cuando crecí es productivo, es comerciante, es honrado, es ingenioso, es emprendedor, es bondadoso, es solidario, es pacífico, es inteligente.

Las indias que yo conocí en mi casa, entre mi madre y mis tías, eran y siguen siendo mujeres a quienes el sol siempre las encontró y las encuentra ya levantadas, mujeres que sí vivieron la guerra y luego nos enseñaron el perdón. Ellas jamás compartirían ni una tortilla con las indias vividoras. Sentenciaron: “Maldito el que haga dinero de la memoria de sus muertos”. Sí, mil veces malditas las vividoras, mil veces malditos los Ladinitos rastreros.

Los indios que vi y me formaron viven, como yo, de sus negocios, de sus industrias, de sus siembras, no de las ONG, ni de las indignas migajas que tiran extranjeros paternalistas ante un discurso guerrillerista y tierrerista.

Me alimenté de muchos indios e indias nobles. A ellos sigo, en ellos creo. Esos que se dicen “líderes indígenas” no son más que ladronzuelos de la identidad.

miércoles, 6 de marzo de 2013

¡En Atitlán vamos mal!


Hola que gusto saludarlos nuevamente, le doy gracias a Dios por la oportunidad que me da otra vez para comunicarme con ustedes; en el mes de agosto sufrí serios problemas de salud que me tuvieron interno dos meses en un hospital nacional en la ciudad de Guatemala, luego gracias a una fundación cristiana pude viajar a Canadá a tratar el mal que me aquejaba viéndome en la obligación de dejar este paraíso llamado Lago de Atitlán; pero ya estoy de nuevo por acá todavía en proceso de convalecencia pero con ganas de aportar por la conservación del lago, durante el proceso de tratamiento de mi enfermedad hubieron cosas positivas como haber podido conocer al señor Brian Tamblyn Jefe del Comité Coordinador de la Autoridad para la Conservación de la Región del Lago Simcoe, quien me permitió conocer el interesante trabajo que hace este ente para proteger uno de los más importantes lagos del sureste de Ontario en cuya cuenca viven al rededor de 400,000 personas; dentro de lo más importante que aprendí de esta gente que lleva décadas protegiendo el lago es que el papel fundamental de la Autoridad es hacer valer la autoridad, la parte técnica y de gestión son importantes, pero no más importantes que hacer valer la ley y aplicar disciplina, en ese simple hecho de cumplir y respetar a cabalidad las leyes y reglamentos y de aplicar acciones disciplinarias ejemplares está el éxito de la protección y conservación, aprendí que la aplicación de las leyes para proteger el lago no puede ser discrecional ni mucho menos se puede negociar, realmente una gran experiencia que obtuve sin buscarla, no hay duda que ha sido una bendición de Dios. Pero estoy triste, muy triste por lo que veo, me fui con la esperanza de que las cosas para nuestro lago iban a cambiar, me fui con las promesas en los oídos que se iba a ser valer lo contenido en el nuevo reglamento de AMSCLAE, pero ahora veo que no fueron más que promesas, esa entidad clave para el lago ha caído nuevamente en el descuido de su autoridad, hacer valer las leyes y reglamentos es lo que menos veo que hagan, las acciones legales disciplinarias sobre los contaminadores del lago y destructores de la cuenca brillan por su ausencia, una autoridad que no impone autoridad no merece llamarse como tal, la gente está perdiendo la esperanza y la confianza en esta institución, pero sobre todo, lo que más me preocupa le está perdiendo el respeto y eso si no se puede permitir; vamos caminando por la senda equivocada. La parte técnica y de gestión son importantes, pero no más importantes QUE CUMPLIR Y HACER VALER LA LEY E IMPONER DISCIPLINA, cuantos problemas ambientales se hubieran evitado, cuantos recursos nos hubiéramos ahorrado si se cumplieran las leyes y los mandatos de protección del ambiente y de manejo de desechos y de conservación de bosques y fuentes de agua, por eso en este mi primer aporte del año 2013 exijo, en mi nombre y a nombre de mi familia y mi comunidad que AMSCLAE tenga el VALOR y la excelsitud ética y moral para cumplir y hacer valer la ley, en el lago se necesita ORDEN y DISCIPLINA, basta ya de tantas consideraciones y contemplaciones.

NO CUMPLIR Y NO HACER VALER LA LEY ES PERMITIR EL ECOCIDIO DEL LAGO DE ATITLÁN

Un gusto saludarlos

Gabriel Hernández Pérez

viernes, 22 de febrero de 2013

Amar o Temer


Por: Lic. César García E.

Un mundo que sucumbió ante la banalidad, ante la codicia absurda que lleva a la destrucción y somete a mil millones a hambre, desnutrición, marginación… a la muerte. Un mundo donde el dinero resulta el único dios, el tenerlo es el motivo del odio, de asesinatos, de rencor y poder. Un mundo ya de cabeza, destinado a la tragedia, un mundo ya moribundo por su propia impertinencia, por abusos deshonestos, por miseria reiterada, por desprecio a lo valioso… por conciencias  alienadas.

Un mundo así tan fútil, tiene sus días contados, no sobrevivirá el sistema, en medio de tanto caos. Un mundo de desazones, de homicidios sin razones, de la impunidad perpetua, de fantoches reunidos… en tantas partes del mundo, para buscar soluciones impregnadas de codicia, formulando explicaciones en medio de la inmundicia. Un mundo donde el ingrato es altamente apreciado, el mitómano y traidor… altamente valorado. Un mundo que se encantó con las mentiras absurdas que le vendió el consumismo, la vanidad, lo barato… un mundo que pereció ante el acoso letal de medios que se metieron en la habitación de niños… para desvalorizarlos, engañarlos y destruirlos, un mundo que suplantó la atención de la mamá, la corrección del papá… por una computadora, por una televisión, una consola de juegos o pinche reproductora.

Un mundo desintegrado, de fracturadas familias, de egoísmos desbordados, de arrebatar si no gana… pero sintiéndose honrado. Un mundo donde las leyes, las proponen los mafiosos, donde se pacta entre ellos, para robar, sustraer, denigrar y someter… al lerdo contribuyente que se convence y percata, en medio de tanta gente –que le dice que así es– que sus impuestos son buenos, que su esfuerzo y que su plata, van a ser  administrados con razón y con decencia, probidad y transparencia. Pero el cándido individuo, se percata de la farsa, cuando acude a un funeral, de los tantos que hoy ocurren, en el que la delincuencia… salió impune y no se vio; ni la ley, ni la justicia… mucho menos transparencia; o cuando en un hospital carente de medicinas, le avisan que falleció, su amigo o su papá, su hijita o su sobrina.

En un mundo tan absurdo, donde el malo cree siempre que se saldrá con la suya; el bueno, el trabajador, el honrado, el diligente, el creativo, el persistente, el padre, el hijo obediente, la madre tan laboriosa, amorosa y abnegada. Todos ellos –es decir– la gente que vale mucho… se quedan paralizados, el terror los convenció que es mejor bajar la testa y salir a trabajar, con temor y con temblor.

En un mundo tan así… tan absurdo y tan letal, uno puede decidir vivir temiendo o amando. Yo me quedo con amar, porque sé perfectamente que existe tantísima gente necesitada de amor; de un abrazo, de un consejo, de abrigo y de esperanza; de convicción… dignidad, de ilusiones que a su vez, conviertan en realidad. El amor es además antídoto del temor, destructor del  egoísmo y el amante del pudor ¡Piénselo!