martes, 4 de noviembre de 2014

Negoción Pérez: El Megacolector de Aguas Residuales para el Lago de Atitlán.

Por: Ing. Marvin Alfonso Romero

¿Qué opina usted del megaproyecto del colector de aguas residuales que se pretende construir en toda la orilla del lago de Atitlán para recolectar las aguas sucias que producen los pueblos y exportarlas a fuera de la cuenca? ¿Será que no es otro de esos elefantes blancos de los que abundan en Guatemala? Me preguntó don Felipe, presidente de la asociación de pescadores Xocomil, a quien grupos de interés lo han abordado recientemente para conseguir el apoyo a este proyecto. Así como a don Felipe le asalta la duda respecto al famoso colector, sin duda a muchos otros sololatecos también. Y aunque no soy ninguna autoridad en el tema, como ciudadano quiero darle una respuesta a la pregunta que se me formula, fundamentada en datos científicos, posiblemente no en los datos que los científicos y los ingenieros de renombre mundial, que proponen el colector, hayan generado; pero sí en los datos de calidad y alta confiabilidad que científicos nacionales con apellidos locales, que tal vez no tienen grandes reconocimientos pero que si tienen una ética sólida y que conocen el lago, su cuenca y su gente, han generado mediante la investigación científica de muchos años en la zona.
El proyecto del colector de aguas residuales se está vendiendo como la panacea al problema de contaminación que afecta permanentemente al lago de Atitlán, se está haciendo ver que la contaminación del lago y su respectiva degradación se deben única y exclusivamente a las aguas residuales que se producen en la cuenca y que se descargan directamente al lago. Y por eso es que el argumento principal que justifica el proyecto, es que para recuperar el lago de Atitlán se debe de eliminar en su totalidad el ingreso de aguas residuales al mismo y por ende el ingreso de nutrientes, especialmente fósforo, y materia orgánica. Además se enfatiza en el hecho de que será un proyecto autosostenible que generará suficiente energía eléctrica y los suficientes ingresos para su operación y mantenimiento; y que además el sistema se ha probado con éxito en lagos de Estados Unidos, Suiza e Italia en donde se pueden ver los resultados. Como en todo negocio un buen vendedor tratará de convencer al cliente de que el producto que le ofrece, es puras bondades y que resolverá todos sus problemas y que obtendrá la mayor satisfacción. ¿Pero será que las cosas son realmente así como las pintan?, bueno, para comenzar es importante hacer ver que la contaminación que afecta al lago de Atitlán, especialmente con nutrientes (fósforo) y materia orgánica, no depende única y exclusivamente de un solo factor como las aguas residuales, sino también de otros factores que tienen que ver directamente con el uso del suelo como la agricultura (malas prácticas agrícolas, falta de conservación de suelos, riego poco tecnificado, drenaje agrícola, mal uso de agroquímicos), la deforestación, los incendios forestales, el crecimiento urbano desordenado, el dragado de ríos, el nulo control de torrentes, que incrementan los problemas de erosión hídrica que causa el arrastre de grandes cantidades de sedimentos (nutrientes y materia orgánica), principalmente a través de los ríos Quiscap y San Francisco, hacia el lago todos los años, y que incrementan también los problemas de infiltración y percolación de nutrientes hacia las aguas subterráneas que después llegan al lago. En términos de aportes de fósforo al lago de Atitlán (nutrientes), actualmente, las aguas residuales aportan una carga contaminante de 6.86 Toneladas/año (20.88%), mientras que los ríos que desembocan en el lago (Quiscap y San Francisco) aportan 26 Toneladas/año (79.12%), haciendo un total de 32.86 Toneladas de fósforo/año. Con base en estos datos usted puede darse cuenta que con un colector de aguas residuales altamente eficiente que logre captar y exportar todo el aporte de nutrientes de las aguas residuales sólo estaría solucionando el 20% del problema, dejando todavía en la cuenca un 80% de la contaminación del lago por fósforo, lo cual representa un grave riesgo de degradación ambiental de este importante cuerpo de agua, y más, considerando que los problemas de uso del suelo en la cuenca del lago de Atitlán más que reducirse se están agravando a un ritmo acelerado.  ¿Cree usted entonces que es justo y ético venderle a los sololatecos la idea que el colector de aguas residuales es la mejor y la única solución a la problemática de contaminación del lago por nutrientes? Saque usted sus propias conclusiones.
Personalmente el proyecto del colector como obra de ingeniería me parece interesante, más por la parte de la ingeniería hidráulica y sanitaria que implica y por lo de generar energía eléctrica; sin embargo tengo algunas dudas sobre las verdaderas bondades de este proyecto para el lago de Atitlán y su gente, y más dudas, tal vez las más fuertes, vinculadas a la sostenibilidad del mismo; el proyecto se vende como autosostenible, pero yo no estoy nada convencido aún, ya que el proyecto no cuenta con diseños de ingeniería social y económica que despejen las dudas y que den garantías, porque de no tenerlas seguro que este proyecto será otro elefante blanco y una carga más para el pueblo, ¡una carga muy pesada!, que en lugar de beneficiarlo comprometerá su futuro, su desarrollo y su bienestar. En los países donde los colectores de aguas residuales se han instalado y funcionan son países con características muy particulares, les describo algunas: Estados Unidos, con un índice de desarrollo humano (IDH) de 0.937, un PIB per cápita de 40,000 Euros (puesto 6 a nivel mundial); Suiza, con un IDH de 0.913 y un PIB per cápita de 61,100 Euros (puesto 4 a nivel mundial); Italia, con IDH 0.881 y un PIB per cápita de 25,600 Euros (puesto 15 a nivel mundial), todos países con muy buenas o excelentes condiciones de vida, donde la gente vive y no sobrevive, todos países ricos y desarrollados con abundantes recursos económicos, en donde la gente tiene patrones culturales diferentes a los nuestros, cultura de pagar impuestos, cultura de pagar por los servicios públicos, cultura de hacer pagos por servicios ambientales, cultura de respetar y hacer valer la ley, gente con un nivel de educación alto, con bajos índices de pobreza, con bajos índices de corrupción. Empero es interesante, hacer notar que en América Latina, Guatemala no es el único país en donde se han propuesto los colectores de aguas residuales para proteger un lago, antes que nosotros en países como Chile, Argentina y México también propusieron esta alternativa, pero al final terminaron por descartarla, el principal motivo la falta de sostenibilidad económica principalmente en la operación y mantenimiento, cuales son las características generales de estos países: Chile, con un IDH 0.819 y un PIB per cápita de 11,836 Euros (puesto 46); Argentina, con un IDH de 0.811 y un PIB per cápita 11,113 Euros (puesto 50); México, con un IDH de 0.748 y un PIB per cápita de 8,003 Euros (puesto 64); todos países más ricos que Guatemala, pero no tanto como lo otros países mencionados, más desarrollados que Guatemala, pero no considerados aún países desarrollados, en donde la gente vive mejor que nosotros, pero donde ya se manifiestan algunos problemas serios con la educación, con el pago de impuestos, con el pago de servicios públicos, con el cumplimiento de las leyes, con pobreza y pobreza extrema y con la corrupción. Bajo estos supuestos de análisis general ¿qué podemos esperar que suceda en Guatemala y específicamente en la cuenca del lago de Atitlán respecto a un proyecto de colector de aguas residuales?, considerando que el PIB per cápita en nuestro país es de 2,589 Euros (puesto 113 a nivel mundial),  que el ingreso medio mensual de una familia de la población de la cuenca es de Q1793.10 (174.08 Euros) y que el 75% de las familias de la cuenca vive con un ingreso mensual igual o menor a Q2000.00 (194.17 Euros), que el IDH en la cuenca es de 0.51 (considerando un bajo índice de desarrollo humano), en donde la pobreza extrema es del 30.95% y la pobreza es del 70.31%, un lugar donde se tiene la cultura de no pagar por casi nada, donde se tiene la cultura de irrespetar la ley, con bajos niveles de educación, con altos índices de corrupción, con altos índices de conflictividad social, en donde la gente concentra sus fuerzas más en sobrevivir que en vivir. También usted saque sus propias conclusiones.
Un punto que quienes venden la idea del colector de aguas residuales para el lago de Atitlán, están obviando, no sé si adrede o sin intensión, pero que es importante e interesante que se conozca, es que en los países donde los colectores se instalaron y funcionan, éstos son parte de un plan de acción para el manejo integrado de la cuenca, en donde los gobiernos nacionales (federales), estatales y provinciales, todos los años hacen millonarias inversiones en concepto de manejo de suelos, reforestación y manejo de bosques, restauración ecológica y recuperación de ecosistemas terrestres, agricultura, riego y drenaje agrícola, ordenamiento urbano y territorial, y ordenamiento de recursos naturales y sus respectivas políticas, muchos de estos gobiernos han invertido muchos millones de dólares en comprar tierras para recuperación o para protección y conservación; han generado nuevas leyes ambientales y mejorado las ya existentes, han establecido mecanismos de control y seguimiento y de sanciones efectivos. El verdadero éxito en la recuperación de esos lagos no ha estado vinculado única y exclusivamente al colector de aguas residuales, sino a todas las acciones de manejo integrado de la cuenca de las cuales el colector es apenas una acción. Sin embargo, en Guatemala y en el lago de Atitlán, por alguna extraña razón se está queriendo condicionar la protección y recuperación del lago a este megaproyecto de infraestructura, que es una de tantas alternativas que existen y que se pueden desarrollar para manejar y resolver el problema de las aguas residuales en la cuenca. El colector de aguas residuales que se propone no es ningún proyecto barato, las estimaciones preliminares calculan un costo de construcción de más de Q300 millones, pero a criterio de expertos en la materia su costo real podría ser muchísimo mayor (4 o 5 veces), eso considerando únicamente los caudales de aguas residuales que se generan y descargan en los poblados que se asientan en las riberas del lago. Empero si el colector pretende reunir y exportar todas las aguas residuales que se producen en la cuenca, como lo propone la Universidad Estatal de California, el costo del mismo se elevaría a montos realmente multimillonarios, posiblemente prohibitivos, ya que tendría que considerarse la construcción de sistemas de alcantarillado sanitario en todas las comunidades de la cuenca, desde los poblados más grandes hasta las comunidades más pequeñas, desde la parte alta de la cuenca hasta la orilla del lago, y todos tendrían que estar conectados al colector. La propuesta del colector es una alternativa tecnológica que está ahí, entre muchas otras mucho más viables que existen y que se deben considerar a la luz de las condiciones sociales, culturales y económicas de la población de la cuenca, por lo que debe de estudiarse y analizarse muy, pero muy bien, para garantizar que se ajusta y responde al contexto social, cultural y económico de la cuenca, es una tecnología que debe de compartirse y consensuarse, hablando con la verdad, con toda la población de la cuenca del lago y con la población de la cuenca vecina (río Madre Vieja); que no debe verse de manera aislada como la panacea a los problemas de contaminación del lago sino como una alternativa que debe ser parte complementaria de un conjunto de acciones, posiblemente más importantes, que buscan reducir al mínimo la contaminación que afecta al lago de Atitlán (enfocando mayormente los esfuerzos y recursos en atender los problemas de contaminación difusa, que son los más difíciles de resolver y que son los mayores), y que buscan manejar de manera integrada su cuenca y los ecosistemas que en ella están establecidos.
El megacolector de aguas residuales o "popoférico" como le llaman sus promotores, es un proyecto totalmente desconocido para la gran mayoría de la población de la cuenca del lago de Atitlán, y completamente desconocido para los habitantes de la cuenca del río Madre Vieja a donde se pretende hacer el trasvase (a donde se quiere llevar las aguas residuales de Atitlán), es un proyecto que no responde a las necesidades de la población y que ni si quiera ha sido priorizado por ésta, por lo que corre un alto riesgo de no ser viable socialmente; sin embargo, se le está impulsando con vehemencia, sin escatimar esfuerzos ni recursos, por parte de aquellos sectores minoritarios que serán los grandes beneficiados (chaleteros, hoteleros y unas pocas ONG) y que tienen su propia agenda para el lago, que responde única y exclusivamente a sus intereses, y que han conseguido con el apoyo de la vicepresidente Roxana Baldetti, mediante la cooptación de la autoridad del lago, que ésta se convierta también en la agenda de esa autoridad para el lago de Atitlán, bajo el disfraz de un "Plan Maestro de Agua y Saneamiento para la cuenca del lago de Atitlán" un plan que será hecho, sin ninguna ética, a la medida del megacolector y del trasvase, porque como dicen "No es lo mismo que sea parte de un plan gubernamental, a que sea una propuesta aislada"; nada diferente a lo que sucede en otras instituciones del estado que han sido capturadas por los poderes paralelos, para que éstas trabajen en la consecución de beneficios particulares (pistocracia), lo cual es verdaderamente preocupante; además del hecho de los multimillonarios compromisos que ya se tienen pactados con el BID, entidad a la que se le quema la miel por financiar el proyecto mediante un préstamo, que endeudaría más al país y específicamente a los municipios de una cuenca pobre como la de Atitlán; misma entidad que financió, mediante un crédito concedido a la municipalidad, la planta de tratamiento de aguas residuales de Panajachel (Cebollales I), depuradora que funciona a medias debido a que nunca contó con un diseño de ingeniería social y económica de la tecnología propuesta, que considerara en serio las características sociales, culturales y económicas de la población, por lo que en la realidad esta planta de tratamiento tiene costos de operación y mantenimiento que sobrepasan por mucho las capacidades de la población local, un grosero error y una gran irresponsabilidad por parte de los diseñadores.
Si los promotores del colector insisten en traer esta tecnología a Guatemala, considero que la única área donde el colector tendría mucho más viabilidad, tomando en consideración las características sociales, culturales y económicas de la población, sería la cuenca del lago de Amatitlán, según el PNUD para el año 2013 el IDH ponderado de esta cuenca era de 0.821 (Un IDH alto), habiendo dentro de los municipio asentados en la cuenca zonas con un IDH hasta de 0.90, similares a los IDH de un país desarrollado, en la zona la pobreza se ubica en un 19.64% y la pobreza extrema en un 1.69% (ENCOVI, 2011), el acceso de la población de la cuenca a servicios es de 89% (INE, 2013), la población de la cuenca tiene cultura por hacer pago de servicios públicos, además en la cuenca se estima que se ubican más de 900 empresas, muchas de ellas multimillonarias, que producen un proporción importante del PIB (el 78% del PIB, según el PNUD, 1998); también en esa misma cuenca se asientan las municipalidades con más recursos y más capacidades del país; además por las condiciones actuales de contaminación que sufre el lago de Amatitlán, en donde las aguas residuales domésticas e industriales, si son la causa principal, y por ser un cuerpo de agua estratégico para la región metropolitana vale la pena hacer el esfuerzo, cuántos millones no se han gastado ya tratando de sanear el lago y no lo han conseguido; mientras que esta alternativa, a mi criterio, bien podría ser la solución que se estaba buscando; además el lago por las condiciones hidrológicas (tiempo de retención hidráulica de 2 años) que tiene, permitiría ver resultados positivos en el mediano plazo. Se me ocurre que también podría aprovecharse la diferencia de cotas en las tuberías principales del colector (energía potencial) para generar energía eléctrica para el mismo consumo del sistema (especialmente de equipos de bombeo) y mejorar su sostenibilidad económica; las aguas residuales colectadas bien podrían conducirse a la cuenca del río Michatoya para su depuración en un planta de tratamiento y para su posterior uso en riego agrícola en la misma cuenca del Michatoya o del río Maria Linda en donde abundan las plantaciones de caña de azúcar, mismas a las que les quedaría muy bien contar, por un bajo precio, con un caudal permanente de aguas cargadas de nutrientes. Además en el proceso de adaptación de la tecnología al entorno nacional, siendo Amatitlán el proyecto piloto, nos permitiría a los técnicos conocer las ventajas y desventajas de la misma y determinar con alta confianza y certeza si la propuesta puede ser replicable en otros lagos del país con condiciones sociales, culturales y económicas totalmente distintas; sin duda alguna, el lago de Amamtitlán sería la prueba de fuego de este colector y este colector podría ser por fin la solución añorada para Amatitlán. Piénselo, analícelo y luego me cuenta.



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