Ofensa Femenina a Guatemala
Escrita por: Dra. María Alejandra MedinaReflexión patriota femenina Hace unos pocos días tuve la oportunidad de leer un ejemplar del medio feminista guatemalteco “La Cuerda” y me pareció una buena iniciativa para abrir más oportunidades de expresión para nosotras las mujeres. Pero…, y como diría alguien por ahí, siempre tienen que existir los peros; no se si por fortuna o porque me lo dieron adrede, leí un ejemplar en donde la falta de respeto a la patria es grave, evidente y humillante. A pesar de ser mujer y de pelear porque mis derechos sean siempre reconocidos y respetados, no me considero una feminista, nunca he compartido esta filosofía de conflicto con el sexo opuesto y nunca, estoy segura, la voy a compartir porque estoy convencida que la igualdad puede alcanzarse mediante otros mecanismos diferentes a la polarización de los géneros y a la discriminación del género masculino. En el afán de irme envolviendo en la filosofía feminista, un grupo de amigas, que mal orientadas afirman ser parte de este movimiento, ha tenido conmigo desde hace ya unos meses pláticas instructivas, de discusión y análisis en las que me han presentado las maravillas de convertirme en miembro activa y de profesar esta filosofía, para lo cual me han proporcionado un sinnúmero de documentos para mi instrucción personal, donde han aparecido unos cuantos ejemplares de este mensuario feminista guatemalteco y precisamente el ejemplar al cual hago referencia.
Como dice un adagio del argot popular “Cada loco con su tema”, todas somos libres de activar por los movimientos sociales que gustemos de la forma que mejor nos parezca, que bueno que exista tal diversidad de formas de pensar y actuar y mejor aún que existan los medios para expresarnos libremente y compartir con los demás nuestras ideas y opiniones; lo malo está en que esa libertad de expresión se convierta en libertinaje de expresión y que se aproveche el pertenecer al movimiento feminista para decir groserías y ser irrespetuosas y faltas de moral o para convertirnos en cómplices de quienes atentan contra la dignidad de las y los guatemaltecos, porque se está muy equivocada si se piensa que por el simple hecho de ser mujer tienen que ser mucho más tolerantes con nuestras acciones aunque éstas estén riñendo con la ley. Una de estas amigas activista del feminismo, que sin duda tiene un grado de demencia por fanatismo bastante grave, en una “plática” muy subida de tono me dijo que las mujeres tenemos el derecho a expresarnos de la forma que queramos y como queramos de quien queramos, incluyendo los insultos, las faltas de respeto, las abusiveces, los agravios, las traiciones a la patria y mucho más, jactándose ella, que ahora todos tenían que hacerse los locos, especialmente las autoridades porque ellas están obligadas por un sin fin de imposiciones de gobiernos extranjeros, agencias internacionales de desarrollo y ONG’s (particularmente las que se financian con dinero europeo), a tolerar todas las malcriadezas, insolencias y abusos de las mujeres porque es parte de la discriminación positiva que se maneja para reivindicar al sector femenino. No comparto para nada sus comentarios y justificaciones, y si en verdad es así como funciona el sistema, que triste para Guatemala y para quienes luchamos por ser ciudadanas de bien, por tener un mejor país más justo y equitativo sin discriminar ni marginar a nadie. El respeto y la responsabilidad son valores esenciales e ineludibles dentro de la libertad de expresión, todas y todos tenemos ese derecho humano fundamental de expresarnos pero también todas y todos tenemos la obligación de ejercerlo con respeto y responsabilidad, hablemos de lo que hablemos y hablemos de quien hablemos. Como dicen comúnmente “el respeto no pelea con nadie”; el no considerarlo al momento de expresarse, más cuando se alude a la patria, es una muestra de la paupérrima cultura y educación de quien lo hace. Es difícil de entender como un medio de comunicación como La Cuerda, que busca y lucha por conseguir mayor respeto para las mujeres dentro de la sociedad guatemalteca, muestre y demuestre en sus páginas un total irrespeto a la dignidad de los y las guatemaltecas, insultando desvergonzadamente a nuestra patria Guatemala. Estoy de acuerdo con que se esté en contra del sistema y en contra del paternalismo y en contra del machismo y en contra de muchas otras cosas más que esgrimen en su lucha feminista, pero… pero eso no les da el derecho a denigrar a la patria y a su gente, no les da el derecho a ser irrespetuosas e irresponsables con Guatemala, que les ha dado mal que bien la oportunidad de vivir, de crecer, de formarse, de tener familia, de trabajar, de ser productivas, de expresarse, de ser ciudadanas, ¡de ser guatemaltecas!; como decía una ancianita de mi pueblo “Parecen chucho de indio”, por mal agradecidas, ya que estos perros le muerden la mano al que les da comida, y la analogía es muy valida; porque aunque la mujeres en Guatemala hayamos y sigamos siendo un sector marginado y con muy pocas oportunidades, hemos recibido al menos un poco y por ese poco se tiene también que estar agradecidas; muchas hemos aprovechado ese poco para poder superarnos y mejorar nuestro bienestar y el de nuestra familia, hemos demostrado ante la adversidad ser un sector valiente, solidario, inteligente, entregado, comprometido, leal, protagonista y sin rencores que lucha por engrandecer Guatemala y por lograr más justicia y equidad; sin embargo, actitudes traidoras como las de faltarle el respeto a Guatemala manchando su hermoso himno nacional, no son más que muestras claras del poco amor por esta tierra maravillosa y su gente. Ser feminista no es el equivalente a ser antipatriota, a ser traidora, a ser cobarde, a ser amoral, a ser tonta, a ser estúpida, a ser rencorosa, a ser sediciosa, a ser soberbia, a ser discriminadora; por eso cuesta entender el por qué un medio feminista guatemalteco se haya prestado a tal osadía, llena de ironía, cinismo y humillación en claro menosprecio al himno nacional de Guatemala y a la dignidad de 13.2 millones de guatemaltecos a los que nos representa. Por favor no se escuden detrás de nosotras las mujeres de Guatemala para cometer estos ilícitos, para cometer estos deplorables y cobardes actos que tienden a mancillar a la patria y a lo más sagrado de ella, su gente. Es tanta la descomposición social que existe en Guatemala y tanta la ausencia de valores y principios a todo nivel que hasta en los medios de comunicación se aprecian las ofensas, las muestras de irrespeto, y las faltas a la moral y dignidad de los y las guatemaltecas; el ultraje sinvergüenza, alevoso, descarado, bajo y ruin que se hizo del himno nacional de Guatemala es una muestra de ello; nada bueno podemos esperar de gente como esta, y para ser más específica, de mujeres como estas. Tan repudiable, triste y lamentable es la acción que han cometido, como lo son los inconcebibles asesinatos a mujeres que tanto nos duelen y que tanto coraje no dan; sí peleamos porque estos crímenes no queden en la impunidad, peleemos también porque estas graves ofensas a Guatemala no queden impunes. Dicen que detrás de estos artículos hay gente bastante estudiada y preparada; cosa que creo yo sea muy cierta, porque la preparación y el estudio no quieren decir que esta gente no pueda escribir estupideces, para escribir tonterías basta únicamente con ser tonta o tonto, y como decía un ilustre profesor y hombre de mucha sabiduría “El que nació tonto será tonto toda la vida, y por más que estudie, lea y se instruya seguirá siendo tonto porque los libros y los títulos no quitan tontera; lo que sí, es que será un tonto instruido y preparado, pero tonto al fin”, hay mucha razón en estas palabras, hay que ser muy poco inteligente y mal agradecido para ofender a la patria, no importa si nos haya dado poco o mucho pero es nuestra amada patria. Posiblemente mis palabras ofendan a muchos y muchas pero están cargadas de verdad y eso es lo que más los y las molesta, he tenido la oportunidad de relacionarme y conocer a muchas y muchos profesionales universitarios, que tienen postgrado sobre postgrado pero que son de escasos sesos y de muy poco sentido común y es cuando se confirman las palabras del antes mencionado mentor. El artículo donde se ensucian las bellas estrofas y la excepcional poesía del himno nacional del Guatemala, así como el mismo medio escrito, son una manifestación del resentimiento, rencor y odio que guardan los corazones de quienes se expresan en él, gente que busca hacerse oír a través de agravios, insultos, denuestos e insolencias y que busca también mediante la aplicación de la mal llamada discriminación positiva seguir marginando a la población guatemalteca y fomentar más aún el divisionismo en el que han inmerso al país los acuerdos de paz que se firmaron hace 10 años; trabajemos por la igualdad, por la equidad, por la unidad nacional, por el bienestar de todos, trabajemos por todos los guatemaltecos y guatemaltecas y no por grupitos específicos, que siguen sembrando y promoviendo los rencores entre los distintos grupos sociales que conformamos esta sufrida Guatemala. Estas acciones prostituyen la dignidad de los guatemaltecos y guatemaltecas, muchas ONG’s e instituciones del estado están dispuestas a vender hasta su madre a los financiantes extranjeros (Gobiernos y agencias de desarrollo internacional), adquiriendo compromisos de cualquier índole, que después tratan de imponer a la población, con tal de disfrutar de las mieles de los Euros y Dólares que vienen con estos programas y no importa si por ello tienen que pisotear, denigrar y manchar el honor de un pueblo trabajador, sencillo y humilde como el de Guatemala; es claro que piensan que Guatemala es un pueblo de babosos y dejados y que por eso no nos daremos cuenta ni protestaremos por sus viles y sucios intereses particulares; artículos como ese evidencian que más que hacer las cosas por convicción de trabajar por el bienestar de los guatemaltecos, las hacen por el interés al dinero y a las jugosas regalías que les deja el manejo oscuro de fondos internacionales, por lo que poco les importa si con sus acciones se llevan por delante al país que les da cobijo. Piensen que para conseguir esos fondos por los que les brillan los ojos, ustedes se valen de un sarta de artimañas que venden al extranjero la necesidad de un pueblo y sus distintos sectores, y al final… y al final este pueblo es el que menos se beneficia, ¿Verdad?. Hay que estar realmente locas de fanatismo para justificar las ofensas a la patria con el feminismo, el pertenecer al género femenino no nos hace unas irrespetuosas y traidoras, mucho menos quiere decir que no seamos guatemaltecas; a lo único que conduce esta actitud radical, necia y estúpida, similar a la que adoptan los terroristas extremistas para justificar sus actos atroces, es a la polarización de la sociedad, al divisionismo, a los conflictos, al irrespeto y a más descomposición social. No caigamos en lo mismo, demostremos que las mujeres guatemaltecas somos un sector de beneficio y de apoyo a la patria, no la denigremos públicamente, porque si no han caído al caso ustedes y su familia también son parte de ella; trabajemos porque Guatemala sea cada día mejor, cosa que no es fácil y que necesita del esfuerzo de todos y todas, luchemos por recuperar esos valores y principios que hacen enaltecen a la patria y a la familia. Ojala está pequeña reflexión generada por un artículo degradante para Guatemala, sirva para que analicemos cada uno de nuestros actos y trabajemos y luchemos por el engrandecimiento de esta patria bella y única, por construir una identidad guatemalteca sólida y fuerte y por el bienestar de cada una y uno de los que vivimos en el país de la eterna primavera. Sintámonos guatemaltecas y guatemaltecos de verdad, simplemente guatemaltecos, ¡sin apellidos!, y opongamos con todas nuestras fuerzas a la corrupción, al crimen, a la violencia, a la discriminación, a la falta de oportunidades y a todo aquello que ofenda a nuestra patria y atente contra nuestra identidad, dignidad y desarrollo. Por favor respeten a Guatemala y a todo lo que la representa, respeten el Himno Nacional de Guatemala, el himno más hermoso del mundo. Que triste es discriminarse y marginarse una misma, sí no se sienten incluidas y tomadas en cuenta en su letra que pena me da por ustedes, se nota que están llenas de prejuicios negativos y resentimientos; ¡yo sí me siento incluida! y no me importa que el género en que se haya escrito esta maravilla literaria sea masculino, porque simple y sencillamente es un castellano neutro; que orgullo es ser GUATEMALTECO.
Quetzaltenango, 10 de junio del año 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario