Un sinnúmero de extorsiones, secuestros, amenazas, desfalcos, homicidios, acciones de narcotráfico, prostitución, sobornos, corrupción y tráfico de influencias, han estado azotando el departamento de Sololá, principalmente los municipios de Sololá, Concepción y Panajachel; lo triste y verdaderamente molesto es que entre la sarta de pícaros y mafiosos responsables de estos hechos están involucrados profesionales universitarios de las ramas de la medicina, el derecho, la ingeniería y la arquitectura, gente a la que le gusta el pisto fácil y que no anda con rodeos ni meditaciones para conseguirlo, aunque eso implique volverse delincuente y criminal, como dice la Biblia el dinero es la raíz de todos los males; estos pícaros universitarios ya sea organizados en bandas, asociados o de forma individual escudándose detrás de empresas constructoras, consultoras legales, clínicas, instituciones del gobierno, municipalidades u ONG, han desplegado sus tentáculos corruptos sobre la población de Sololá y sus instituciones, trayendo consigo la zozobra, la intranquilidad y la inseguridad para la población honrada y trabajadora; estos delincuentes y criminales andan como dicen por ahí, “como Juan por su casa”, sin que ninguna autoridad se preocupe por capturarlos, reducirlos al orden y llevarlos a la cárcel, tal pareciera que el MP y la PNC fueran compinches de los malhechores porque siempre se hacen los locos o desaparecen la evidencia o capturan a gente inocente; bueno, lo típico de Guatemala. Considero que aunque estoy haciendo alusión a lo que sucede en Sololá, ningún rincón de nuestra hermosa patria escapa a tal cáncer social que está haciendo pedazos a pasos agigantados nuestro estatus y bienestar en perjuicio de la gran mayoría de los guatemaltecos; no estoy justificando las acciones violentas por parte del pueblo, pero estoy convencido que el pueblo tiene que defenderse ante la incapacidad, parcimonia y falta de interés del gobierno por solucionar está problemática, el pueblo necesita justicia pero no puede esperar cientos de años hasta que al presidente y su séquito se les ocurra poner manos a la obra al respecto, en ese tiempo lo matan y el pueblo no está dispuesto a morir en manos de los criminales; hacen bien los sololatecos al organizarse y defender su tierra, su hogar, su familia, sus bienes, siguiendo lo que dice nuestro hermoso himno nacional: …Pues tus hijos valientes y altivos, que veneran la paz cual presea, nunca esquivan la ruda pelea, sí defienden sus tierra y su hogar, nunca esquivan la ruda pelea, si defienden su tierra y su hogar, que es tan sólo el honor su alma idea y el altar de la Patria su altar…
Revisando mis archivos, encontré un medio escrito en donde se publicó un articulo que criticaba el accionar de los malos universitarios, que a mi parecer cada día va en aumento, y he considerado conveniente publicarlo con algunas modificaciones hechas por mi persona, ojala el autor no se moleste por haber tomado prestados sus párrafos y opiniones, que están llenas de verdad y sentimientos nacionalistas y patriotas:
Llegar a la universidad es un privilegio que muy pocos guatemaltecos tienen y es una oportunidad que hay que aprovechar para crecer en conocimientos y convertirse en profesionales con un alto grado de humildad, valores y principios ético-morales muy firmes y con un gran compromiso social, sin embargo, eso no parece cumplirse en la realidad, muchos después de haber pisado las aulas universitarias se convierten en tipos abusivos, engreídos y soberbios más aún después de graduados, se les olvida de donde salieron y frecuentemente niegan a su tierra y a su gente; triste y lamentable para mi Guatemala que necesita de gente preparada que trabaje para su progreso y desarrollo. Tal parece ahora que llegar a la universidad significa peder los valores, los principios y la vergüenza; una significativa proporción de estudiantes que a ella ingresan no lo hacen por la convicción de cultivarse en las ciencias y el conocimiento, ni por convertirse en mejores seres humanos, ni por contribuir al desarrollo de la Patria, ni porque les guste el estudio y la carrera, sino lo hacen simplemente por tener un cartón que les ampare la sarta de sinvergüenzadas y argucias ilegales que emplearan para hacerse de pisto y enriquecerse ilícitamente y lucrando con las necesidades de la gente; ¿y el compromiso social?... vaya usted a saber… para el efecto sería el compromiso individual, manifestado en egoísmo, falta de conciencia, ambición, codicia, envidia, traición a la patria, a la moral y a la ética y en poco interés en el bienestar y necesidades de la sociedad, que rápido se les olvida lo que muchas veces gritaron y manifestaron llenos de emoción, en su etapa de estudiantes, “en defensa del pueblo”, disfraz que muchos ya graduados aún cargan puesto, porque les conviene, para aprovecharse de quienes confían en ellos obligados por sus menesteres. Es tan común y frecuente encontrarse con este tipo de lacra universitaria en bufetes y oficinas profesionales y en instituciones públicas, aunque en el sector privado también los hay y en buen número, profesionales sabiondos, que ganaron a puro chivo, a los que hubiese sido mejor acreditarlos con el TÍTULO UNIVERSITARIO DE LADRONES Y/O PÍCAROS, gente que cada día más nos hunde en la corrupción y en la inseguridad, acentuando con su actuar diario la condición de subdesarrollo que tanto daño y dolor le infringe a nuestro país. Si su intensión es ser universitario para ser un CORRUPTO CALIFICADO, por favor no ingrese a la Universidad y no joda a Guatemala.
Creo que dentro de los muchos culpables de la ocurrencia de este fenómeno se encuentra la misma universidad, que a descuidado la enseñanza y la exigencia de los principios y valores éticos y morales dentro de su campus, aulas y en sus profesionales, a cambio de su retórica social que está ya desprestigiada producto de sus malas acciones y ejemplos; es evidente que la corrupción se ha encarnado también en la estructura universitaria, rectorías, decanaturas, facultades, catedráticos, auxiliares, estudiantes, trabajadores, etc. Tenía muchas esperanzas puestas en la Universidad, y todavía las sigo teniendo, pero creo que su influencia para promover y generar el cambio positivo que necesita Guatemala para ser un país más justo y con mayores oportunidades, será cada vez más débil causa de los paupérrimos profesionales a los que está egresando, que no piensan en nada más que en el billete y mejor si es fácil.
El Indio Gabriel
Revisando mis archivos, encontré un medio escrito en donde se publicó un articulo que criticaba el accionar de los malos universitarios, que a mi parecer cada día va en aumento, y he considerado conveniente publicarlo con algunas modificaciones hechas por mi persona, ojala el autor no se moleste por haber tomado prestados sus párrafos y opiniones, que están llenas de verdad y sentimientos nacionalistas y patriotas:
Llegar a la universidad es un privilegio que muy pocos guatemaltecos tienen y es una oportunidad que hay que aprovechar para crecer en conocimientos y convertirse en profesionales con un alto grado de humildad, valores y principios ético-morales muy firmes y con un gran compromiso social, sin embargo, eso no parece cumplirse en la realidad, muchos después de haber pisado las aulas universitarias se convierten en tipos abusivos, engreídos y soberbios más aún después de graduados, se les olvida de donde salieron y frecuentemente niegan a su tierra y a su gente; triste y lamentable para mi Guatemala que necesita de gente preparada que trabaje para su progreso y desarrollo. Tal parece ahora que llegar a la universidad significa peder los valores, los principios y la vergüenza; una significativa proporción de estudiantes que a ella ingresan no lo hacen por la convicción de cultivarse en las ciencias y el conocimiento, ni por convertirse en mejores seres humanos, ni por contribuir al desarrollo de la Patria, ni porque les guste el estudio y la carrera, sino lo hacen simplemente por tener un cartón que les ampare la sarta de sinvergüenzadas y argucias ilegales que emplearan para hacerse de pisto y enriquecerse ilícitamente y lucrando con las necesidades de la gente; ¿y el compromiso social?... vaya usted a saber… para el efecto sería el compromiso individual, manifestado en egoísmo, falta de conciencia, ambición, codicia, envidia, traición a la patria, a la moral y a la ética y en poco interés en el bienestar y necesidades de la sociedad, que rápido se les olvida lo que muchas veces gritaron y manifestaron llenos de emoción, en su etapa de estudiantes, “en defensa del pueblo”, disfraz que muchos ya graduados aún cargan puesto, porque les conviene, para aprovecharse de quienes confían en ellos obligados por sus menesteres. Es tan común y frecuente encontrarse con este tipo de lacra universitaria en bufetes y oficinas profesionales y en instituciones públicas, aunque en el sector privado también los hay y en buen número, profesionales sabiondos, que ganaron a puro chivo, a los que hubiese sido mejor acreditarlos con el TÍTULO UNIVERSITARIO DE LADRONES Y/O PÍCAROS, gente que cada día más nos hunde en la corrupción y en la inseguridad, acentuando con su actuar diario la condición de subdesarrollo que tanto daño y dolor le infringe a nuestro país. Si su intensión es ser universitario para ser un CORRUPTO CALIFICADO, por favor no ingrese a la Universidad y no joda a Guatemala.
Creo que dentro de los muchos culpables de la ocurrencia de este fenómeno se encuentra la misma universidad, que a descuidado la enseñanza y la exigencia de los principios y valores éticos y morales dentro de su campus, aulas y en sus profesionales, a cambio de su retórica social que está ya desprestigiada producto de sus malas acciones y ejemplos; es evidente que la corrupción se ha encarnado también en la estructura universitaria, rectorías, decanaturas, facultades, catedráticos, auxiliares, estudiantes, trabajadores, etc. Tenía muchas esperanzas puestas en la Universidad, y todavía las sigo teniendo, pero creo que su influencia para promover y generar el cambio positivo que necesita Guatemala para ser un país más justo y con mayores oportunidades, será cada vez más débil causa de los paupérrimos profesionales a los que está egresando, que no piensan en nada más que en el billete y mejor si es fácil.
El Indio Gabriel